Moog, Korg y Behringer: ¿cuál es el valor de tu sinte?
Imagina dos productos, ambos etiquetados con el legendario número 2600: uno cuesta 3.999€ y el otro 599€. ¿Está justificado que las marcas de sintetizadores premium cobren precios tan altos a sus clientes? ¿Es justo que la creatividad de los diseñadores y fabricantes legendarios se esté copiando y lanzando al mercado a precios más bajos? ¿Quién está estafando a quién? ¿Cuál es el real valor de tu sintetizador? Es hora de explorar algunos temas espinosos para la comunidad de fans de los sintes.
Precios de sintetizadores en la era de Behringer
Puedo entender que la nueva tecnología reemplace a la anterior; es una evolución. Nuestros teléfonos se vuelven más delgados y potentes y nuestros coches se vuelven más eficientes y fiables. Pero cuando el hardware se enfrenta al mismo hardware, las preguntas no son las mismas. Hablo de preguntas sobre el valor de una marca, el valor de su legado, la autenticidad y, hasta cierto punto, la ética. Por un lado, ¿tiene una empresa derecho a cosechar ideas del pasado y venderlas a precios reducidos que subestiman su reputación? Por otra parte, ¿tiene una empresa derecho a pedir un precio basado únicamente en lo que la gente está dispuesta a pagar?
Estamos en la edad de oro de los sintetizadores
Actualmente, el mundo de los sintetizadores se encuentra en una época dorada de renovación. El interés de la comunidad y la disponibilidad de increíbles máquinas para hacer música electrónica está en su punto más alto. Hay de todo, desde grandes empresas que fabrican enormes sintes hasta una industria artesanal de fabricantes que producen módulos Eurorack en sus cocinas. Grandes nombres como Moog y Sequential han devenido en marcas boutique con productos exquisitos vinculados a un estilo de vida relacionado con la síntesis donde el precio es secundario al arte, la artesanía del sonido y la electrónica. Empresas como Korg y Roland, en cambio, prefieren ofrecer herramientas similares a precios más razonables a través de la automatización, la eficiencia y la escala.
Moog hace sintes que se salen de nuestro presupuesto. Roland intentó hacer lo que siempre soñamos, pero no logró; y Korg llenó el vacío con equipos decentes y emocionantes. Luego apareció Behringer con la misión de inundar el mundo de réplicas a precios reducidos de todos los sintetizadores que siempre quisiste tener.
Ha habido algunos momentos concretos que me hicieron pensar en este asunto. El primero fue el relanzamiento del Minimoog Model D en 2016 por £3249. Podías tener un sintetizador Moog clásico por el precio de un automóvil de segunda mano. Un año después, Behringer lanzó su clon Model D por $299. Ahora podías conseguir el sonido auténtico del Model D en un sintetizador analógico hardware por el precio de una caja de ritmos digital. Eso es una décima parte del precio y, según la gente que sabe del asunto, suena más o menos igual.
Pero hay un par de momentos más recientes que me llevaron a redactar este artículo: el anuncio del clon ARP 2600 de Behringer por €599, y el relanzamiento del Sequential Prophet-5 (Rev4) por €3,555.
A principios de año, Korg produjo una reedición del legendario sintetizador ARP 2600 que podías comprar por €3,999 (si eras lo bastante rápido; sólo se hicieron 500 unidades). Todos nos volvimos locos por él, y soñábamos con tenerlo. Pero nunca será nuestro; es un sintetizador aspiracional. Es decir, está ahí para recordarte que hay un nivel más alto al que aspirar. Pero ahora llega el clon de Behringer del mismo sintetizador… y puede ser tuyo por 599€. Por tanto, habrá ARP 2600 para todos.
¿Moog o Boog?
¿Cómo conciliar todas estas cosas? ¿Qué valor tiene el Korg ARP 2600 ahora, costando casi 7 veces el valor del Behringer? Y el Moog Model D es 10 veces el precio del Boog. El hardware es diferente, seguro. Puede basarse en los mismos circuitos y compartir los mismos componentes, pero el Behringer utiliza montaje en superficie y circuitos miniaturizados que, para los gurús del sonido analógico, implican que los electrones no han pasado por las mismas vías que los electrones del circuito real. Ahora bien, las diferencias en el hardware solo pueden compensar una parte de la diferencia de precio.
¿Moog y Korg fijan los precios en función de los costos de los materiales, o de lo que creen que la gente pagará? Sequential lanzó recientemente el Prophet 5 (y 10) Rev4. Es realmente hermoso, el heredero definitivo de una época antigua de asombroso sonido electrónico. Arturia había anunciado recientemente el PolyBrute, con un precio de unas £2k, que parecía apropiado para un increíble sinte polifónico. El UDO Super-6 tenía un precio similar y, de hecho, el Prophet-6 y el OB-6 de Sequential estaban en el mismo rango. Por tanto, cuando supimos que el precio del Prophet-5 llegaba a más de 3 mil y el del Prophet-10 a 4 mil, nos parecieron inflados.
Obviamente las personas que manejan esas cantidades de dinero para gastar en sintetizadores le sacarán provecho. Como modelo de negocio para Sequential, funciona a la perfección. Al mantener los precios altos, Sequential puede construir un producto premium con componentes de alta gama y sin concesiones. Pero también queda marcado como un producto aspiracional, algo que los profesionales usan y nosotros, los simples mortales, solo podemos mirar con nostalgia desde nuestras pantallas. ¿Realmente vale tanto?
Behringer ha declarado que basa los precios en los costes de fabricación, más un poco para obtener ganancias. Si eso da como resultado un precio de €599 en el 2600, ¿cuál es exactamente el precio de los componentes del Korg ARP 2600 y cuánto es lo que creen que la gente pagará? Se podría decir que Behringer está ahorrando en I+D porque no está desarrollando sus propios productos (aunque se necesita bastante tiempo y esfuerzo para analizar viejos sintetizadores y construir circuitos de sonido comparables). Pero entonces, ¿qué pasa con Korg? ¿Cuánto de I+D pusieron en resucitar un sintetizador de décadas de antigüedad, contando con los ingenieros originales?
Otra cuestión que Behringer pone sobre la mesa es que no gasta dinero en marketing y publicidad. Su equipo de redes sociales se limita a hacer jugosos vídeos de demostración, mientras que Moog produce películas casi cinematográficas, con productores y músicos profesionales, así como catálogos brillantes y anuncios de revistas a doble página. Es inevitable preguntarse en qué otros aspectos estará ahorrando Behringer. ¿Quizás mantienen bajos sus costos aprovechando una economía de producción con salarios bajos? ¿Existe un elemento ético involucrado en la producción de sintetizadores ? ¿Todo está realmente hecho en China, y el trabajador bien pagado en San Francisco o Asheville se limita a colocar los últimos tornillos? ¿Qué importancia tiene eso cuando tomamos una decisión de compra?
¿Importa?
No pretendo sugerir que esto convierte a Behringer en la única compañía honesta. Hay muchos factores involucrados en la creación de un instrumento electrónico. No estoy seguro de que Behringer vea sus sintes como instrumentos de la misma manera que lo hacen otras compañías. No parece pensar mucho en el diseño o la ergonomía de sus dispositivos. Lo que les motiva es proporcionar sonidos fabulosos al precio más barato posible. Otros fabricantes quizá invierten mucho tiempo y esfuerzo en desarrollar interfaces y crear un instrumento prestando atención a las sensaciones, lo cual aumenta el valor de sus productos, y probablemente con razón suficiente.
Es una discusión que seguramente continuará; en todo caso, es un momento fascinante para interesarse por los sintetizadores. Hay hermosos sintes que aspiro a tener. Pero también sé que, siendo realista, podría estar ahora mismo tocando uno que a mis oídos suena idéntico, por apenas una fracción del precio. Ambos sentimientos, ambos conceptos, conviven perfectamente en mi cabeza sin contradicciones. ¡Qué gran momento para estar vivo!
Una respuesta a “Moog, Korg y Behringer: ¿cuál es el valor de tu sinte?”
Para el mundo de la guitarra eléctrica también es un buen momento aunque se creía muerta.
Gran artículo