Monta tu home studio desde cero: micrófonos (6 de 10)
Hasta ahora, en este megatutorial con el que pretendemos revelarte los misterios de montarse un home studio, hemos hablado sobre ordenadores, DAWs, altavoces, auriculares e interfaces de audio. Una lista de elementos que de por sí ya podrían constituir un estudio casero autosuficiente para muchos músicos y productores. Pero ¿qué pasa si quieres grabar voces, instrumentos acústicos u otros sonidos del mundo real? En ese caso, vas necesitar un micrófono, y ahora mismo procedemos a contarte en qué te debes fijar.
¿Qué es un micrófono?
Sí, ya sé que todos sabéis lo que es un micrófono, pero vamos a darle un poco de solemnidad a esto. Pues un micrófono es un transductor. Es decir, un dispositivo que «traduce» una forma de energía en otra forma de energía. En este caso, lo que se traduce son las ondas sonoras reales que viajan por el aire, que se transforman en señales eléctricas a partir de diversos componentes y procesos en función del tipo de micrófono.
¿Qué tipos de micrófonos existen?
A día de hoy existen muchos tipos de micrófonos diferentes, pero no todos están pensados para grabación y producción musical, así que en este artículo nos vamos a centrar en tres tipos de micros, dándole especial énfasis a dos de ellos: micrófonos dinámicos, micrófonos de condensador y micrófonos de cinta.
- Micrófonos dinámicos: son micrófonos robustos y económicos que se usan tanto en estudio como en directo. Son mucho más resistentes a la humedad, los cambios de temperatura y los golpes, aunque también son menos sensibles que otros tipos de micrófonos. Eso no quiere decir que no sea posible hacer buenas grabaciones con ellos, pero sí que es más complicado (o imposible) captar los sonidos con el mismo nivel de detalle que lo hacen los micrófonos de condensador por ejemplo. Una ventaja adicional de los micros dinámicos es que no necesitan alimentación phantom.
- Micrófonos de condensador: son los micrófonos más usados en estudios de grabación. Son más caros, delicados y requieren alimentación phantom, pero a cambio obtendrás mejores tomas y sonidos más naturales y detallados que con los micrófonos dinámicos.
- Micrófonos de cinta: son todavía más sensibles que los micrófonos de condensador, y ofrecen un sonido más suave y «redondeado», pero también son más delicados aún y, por lo general, más caros. Requieren alimentación phantom y son tremendamente susceptibles a las vibraciones por manipulación, así que no no los toques mucho mientras grabas. Personalmente, no recomendaría un micrófono de cinta como primer micrófono, salvo en contadas excepciones.
¿En qué me debo fijar al comprar un micrófono?
Que el micrófono que uses sea dinámico, de condensador o de cinta depende muchas veces de tu presupuesto, de tus gusto o de las necesidades del proyecto, pero hay ciertos factores objetivos que no está de más saber, así que vamos a hablar un poco sobre los más importantes. Pero tranquilo, tampoco te queremos abrumar con demasiados detalles técnicos.
- Respuesta en frecuencia: es el rango de frecuencias que un micrófono es capaz de capturar. Cuanto mayor sea su respuesta, mayor será el abanico de sonidos que se podrá capturar con fidelidad. En algunos casos, como cuando se quiere grabar una batería, hay micrófonos más especializados en capturar ciertos rangos de frecuencias. Este valor se describe en Hz (hercios) y kHz (kilohercios).
- Sensibilidad: es el nivel de salida que ofrece el micrófono en función del nivel de entrada. O dicho de otro modo, es el voltaje que generará el micrófono a partir de la presión sonora que recibe. Por lo general, cuanto más sensible sea un micrófono, más eficiente será en su labor, pero eso no quiere decir que vaya agrabar con más calidad de sonido, sino que será capaz de generar un mayor voltaje de salida para el mismo nivel de presión sonora de entrada.
- Directividad: los micrófonos son capaces de capturar (o rechazar) sonido proveniente solo de ciertos ángulos, y el dibujo que forman esos ángulos se llama patrón polar. Según esto, los micrófonos pueden ser omnidireccionales, si graban desde todos los ángulos; bidireccionales, si graban desde los ángulos 0º y 180º; cardioides, si su dibujo forma una especie de «corazón» y graban lo que sucede delante de ellos y algo de lo que sucede a los lados despreciando casi por completo lo que sucede detrás; y supercardioides e hipercardioides, que son patrones polares que permiten enfocarse más en la fuente sonora. Estos últimos suelen usarse para tareas especificas de grabación de campo, y no en estudios. A ti, de momento, te basta con saber que lo más recomendable en tu situación es un micrófono con patrón polar cardioide.
- Ruido equivalente: también conocido como «nivel de ruido propio», el ruido equivalente de un micrófono es la cantidad de ruido que aportará el micro a una señal, sobre todo cuando no hay presión acústica útil. Lo ideal es evitar los niveles de ruido equivalente altos, a menos de que vayas a grabar sonidos con mucha energía (se enmascara el ruido propio). Siempre que te sea posible, mantente por debajo de los 20 dB o 18 dB de ruido equivalente. Los micrófonos con menor nivel de ruido propio solo aportan 4 dB a la señal, lo cual es virtualmente imperceptible.
- Nivel SPL máximo: SPL es el acrónimo de «sound pressure level», o lo que es lo mismo, el «nivel de presión sonora» que soporta un micrófono antes de «picar» o distorsionar. Cuanto más alto sea este valor, mejor tolerará el micrófono sonidos fuertes e intensos (para grabar baterías por ejemplo).
- Rango dinámico: es el margen de niveles acústicos en los que el micrófono responde de forma óptima. Dicho de otro modo, es la cantidad de sonido que puede capturar desde que empieza a ser sensible a la presión sonora (por encima de su nivel de ruido equivalente), hasta que su SPL máximo deja de tolerarla y se empieza a generar distorsión.
- Alimentación phantom (o alimentación fantasma): algunos micrófonos (como los de condensador y de cinta) requieren de una corriente eléctrica adicional para funcionar. Los voltajes suelen ser de 48, 24 y 12 voltios en función de la resistencia, pero lo más habitual es que hablemos de voltajes de 48 V. La inmensa mayoría de interfaces de audio y previos actuales ofrecen alimentación phantom.
¿Qué micrófono me compro?
Una vez más, esta pregunta no tiene una respuesta sencilla ni correcta. Además de todo lo que has leído (y de otros factores y especificaciones que influyen en la calidad y el carácter de un micrófono), también entran en juego cuestiones personales totalmente subjetivas a la hora de elegirlo. Lo que sí te podemos decir es que un micrófono bien cuidado debería durar muchos años, así que es uno de esos componentes de tu home studio es el que no está de más invertir un poco más de dinero si te es posible y si lo que compras te va a dar un servicio con el que tú vayas a estar más contento. Como cada semana, hemos preparado una pequeña selección de opciones que te servirán como referencia inicial.
Shure SM 57 y SM 58
Son los micrófonos dinámicos más vendidos de la historia. Son baratos, muy resistentes y ofrecen una buena calidad sonido dentro de sus especificaciones. El SM 57 está más pensado para grabar instrumentos, especialmente si son potentes e intensos, mientras que el SM 58 se especializa en la captura de voces, tanto en estudios como en actuaciones en directo.
Pueden ser verdaderos caballos de batalla, y no están mal para empezar sin gastarse mucho dinero, pero si vas a grabar en un entorno controlado y relativamente silencioso, obtendrás resultados más fieles y naturales con micrófonos de condensador, especialmente si quieres grabar interpretaciones más suaves y detalladas.
Más información: Shure SM 57 | Shure SM 58
Audio Technica AT-2020
Es un micrófono de condensador de precio muy contenido que ofrece una captura de sonido más que aceptable. Con una respuesta de frecuencia que va de 20 Hz a 20 kHz, un nivel de ruido propio de 20 dB y un SPL máximo de 144 dB, brinda todo lo necesario para hacer grabaciones de calidad sin sobrepasar el listón de los 100 €.
Al ser un micrófono de condensador, requiere alimentación phantom. De fábrica incluye una sujeción y funda.
Más información: Audio-Technica
Rode NT1
Es uno de los micrófonos de condensador para home studio más populares del mercado. Tiene una respuesta de frecuencia de 20 Hz a 20 kHz, un nivel de ruido propio extremadamente bajo de solo 4 dB y un SPL máximo de 142 dB. Su precio también es muy contenido (poco más de 150 €) e incluye un soporte y un protector anti-pop de fábrica.
Y si te van las cosas más modernas, o si todavía no tienes una interfaz de audio dedicada, también puedes echarle un ojo al Rode NT1 5th Gen, que además de la salida XLR integra conectividad USB-C y una interfaz de audio a 32 bits en come flotante.
Más información: Rode NT1 | Rode NT1 5th Gen
Universal Audio SC-1
Aquí cambiamos un poquito de tercio y nos adentramos en el mundo de lo micrófonos de emulación. Además de ser un micrófono de lo más capaz por sí mismo, el SC-1 de Universal Audio incluye el plugin de micrófonos Hemisphere, con el que podrás emular en tu DAW el sonido de algunos de los micrófonos de condensador más famosos de la historia y obtener diferentes matices sonoros.
El SC-1 trabaja en un rango de frecuencias de entre 20 Hz y 20 kHz, el nivel de ruido propio es de unos 12 dB y su SPL máximo asciende hasta los 145 dB.
Más información: Universal Audio SC-1
Neumann TLM 103
Es, con mucho, el micrófono más caro de esta lista. Y no te lo recomendamos si no vas en serio. Pero si crees que la música es lo tuyo y te lo puedes permitir, le estarás echando el guante a una verdadera joya de la microfonía capaz de capturar voces y otros instrumentos con suavidad y calidez.
Su rango de frecuencias va de los 20 Hz a los 20 kHz, su nivel de ruido propio está fijado en los 7 dB y su SPL máximo alcanza los 138 dB.
Más información: Neumann
Y es todo por ahora. La próxima semana toca hablar de controladores MIDI, y de cómo te pueden ayudar a crear tu música.
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