Guía básica de efectos en producción musical: el delay
Personalmente, pocas cosas me gustan más que jugar con un buen delay a la hora de producir música o diseñar sonidos. Es sin duda una de las herramientas más importantes en el arsenal de cualquier músico, técnico o ingeniero, y en este artículo vamos a tratar de explicarte sus características más básicas.
¿Qué es el delay?
Al igual que la reverb, el delay, también llamado eco o retardo en español, es un fenómeno acústico natural que se da cuando una onda sonora se refleja en una superficie regresando así al punto de emisión. Pero, a diferencia de lo que te explicábamos hace unas semanas sobre la reverb, donde las reflexiones se «funden» de forma abstracta con la cola del sonido original, el delay produce una repetición bien definida de la fuente sonora que lo provoca. En el mundo natural es preciso que se den ciertas características acústicas para obtener un eco, pero en el mundo de los hombres, la tecnología permite jugar con este fenómeno con mucho más control y libertad.
¿Para qué se utiliza el delay en producción musical?
Los usos del delay en producción musical son muchos y variados. La respuesta más evidente a esta pregunta sería la de generar repeticiones controladas de un sonido que pueden ser libres (fijadas en milisegundos) o estar sincronizadas con el tempo y el compás del proyecto. Pero eso solo sería una parte de la respuesta, porque a partir de ahí se puede emplear de diversas maneras.
- Añadir cuerpo a una señal: un delay utilizado con tiempos de retardo y retroalimentación cortos puede ser una fantástica manera de engordar pistas de voz o sintetizadores, al tiempo que se les da un toque diferencial.
- Añadir amplitud y textura: por su naturaleza, el delay es un efecto que puede brillar especialmente cuando se quiere o se necesita abrir el espectro estéreo, generando mayor sensación de amplitud y profundidad. Además, con ajustes sutiles, también se puede utilizar para añadir textura a tus pistas de una forma muy elegante.
- Efectos de modulación: desde el punto de vista técnico, el delay no dista demasiado de otros efectos como el chorus o el flanger, así que algunos procesadores de delay también te permitirán simular, hasta cierto punto al menos, otros efectos de modulación.
- Efectos rítmicos: el delay es un tipo de procesamiento muy vinculado al tiempo y al ritmo, y muchos de ellos incluso te permitirán controlar los tiempos de repetición de forma independiente para los canales L y R y jugar de forma creativa.
- Efectos creativos: el uso creativo del delay no solo se limita a los efectos rítmicos. Hay todo un universo de experimentación sonora para quienes se atrevan a explorar las capacidades de este maravilloso efecto, capaz de brindar resultados realmente extremos. Un delay que personalmente me gusta mucho para experimentar es el Moog MF-104S Analog Delay.
Parámetros más habituales del delay
El mercado ofrece una enorme oferta de efectos de delay de lo más variados. Pero una vez más, la mayor parte de ellos comparten ciertos principios básicos que podrás poner en práctica más allá del procesador concreto que estés usando. Naturalmente, las opciones ampliadas de cada uno también te permitirán explorar el sonido de diversas formas. Estos son los parámetros más habituales que encontrarás en la mayoría de los procesadores de delay:
- Tiempo de retardo: es literalmente el tiempo que tardarán en generarse las repeticiones desde la señal original. Suelen fijarse en milisegundos cuando el procesamiento es libre, o en tiempos y subtiempos de compás cuando se trabaja de forma sincronizada con el proyecto. Como ya has leído más arriba, algunos procesadores dan la opción de fijar estos tiempos para los canales L y R de forma independiente.
- Feedback o retroalimentación: este parámetro es el encargado de controlar el número de repeticiones que se generarán, y por tanto el tiempo de duración del proceso. En muchos casos, podrás fijarlo desde 1 hasta infinito, aunque has de saber que los tiempo de retroalimentación altos pueden ser perjudiciales para tus altavoces y tus oídos, así que experimenta con cautela, o activa un limitador en la pista master de tu proyecto para evitar incidentes.
- Dry/Wet o Mix: casi todos los plugins y procesadores de delay que conozco cuentan con un control Mix, que te dará la opción de aplicar retardos en un contexto de procesamiento paralelo, es decir, mezclando la señal original y la procesada. Juega con este control hasta encontrar el equilibrio de retardo adecuado para tu pista.
- Otros controles: a partir de aquí, la cosa se vuelve más difusa, y cada delay ofrecerá sus propias opciones. La mayor parte de ellos incluyen herramientas de modulación, filtros o ecualizadores para ayudarte a moldear las repeticiones sonoras. Otros permiten activar diversos procesadores de retardo al mismo tiempo, e incluso aplicarlos en configuraciones en serie o en paralelo, para generar efectos más complejos.
Tipos de delay
Al igual que tantos otros procesos, el delay nació en el mundo analógico, para después dar el salto al entorno digital. Los primeros procesadores de este tipo empleaban sistemas de funcionamiento de lo más variopintos. Por ejemplo, en la década de 1930, antes incluso de que existiese la grabación en cinta magnética, se utilizaba la línea telefónica para emitir una señal y hacer que volviese retrasada unos pocos milisegundos. Años después, los ingenieros comenzaron a buscar formas más prácticas de aprovechar este efecto, y entonces nacieron el delay de cinta, el delay analógico (también conocido como BBD) y también otros que no han resultado ser tan populares con el paso del tiempo, como el delay acústico, el oil-can delay o el drum delay. En este artículo nos centraremos en los tipos de delay más utilizados en producción musical en las últimas décadas y hoy en día.
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Delay de cinta
La grabación en cinta magnética trajo consigo muchas nuevas posibilidades para trabajar el audio, y una de ellas fue el delay de cinta, que literalmente es un sistema de grabación que captura una señal, y después reproduce esa misma cinta con retraso respecto a la señal. Este tipo de delay es posiblemente mi favorito, ya que con él se consiguen efectos muy musicales, además de la compresión y la saturación naturales de la cinta. Posiblemente, el delay de cinta más popular de la historia sea el Roland RE-201 Space Echo, del que existen infinidad de versiones y emulaciones tanto en hardware como en software.
Delay analógico o BBD
En el año 1969, Philips presentó la patente de algo llamado Bucket Brigade Device que había sido desarrollado por el joven ingeniero Leo Sangster como un sistema de almacenamiento en estado sólido que, debido a las limitaciones tecnológicas de la época, no tuvo mucho éxito, pero que posteriormente se reaprovechó para aplicaciones de procesamiento de audio, entre ellas, los procesadores de delay analógico. En su interior, una hilera de pequeños condensadores se encargan de retardar la señal de audio, que al final del circuito se vuelve a mezclar con la señal original. Los BBD delay se usaron (y se usan) muchísimo en pedales de efectos para guitarristas, pero no solo.
Delay digital
Suele decirse que el primer delay digital llegó de la mano de un ilustre fabricante como Eventide en el año 1971, y fue el DDL 1745. Desde entonces, el mercado ha conocido un número incontable de procesadores digitales y virtuales que encuentran nuevas formas de exprimir este efecto. Dentro del contexto digital, existen a su vez diversos tipos de procesos, como el ping-pong delay, en el que se hace rebotar los retardos entre los canales L y R; el multi-tap delay, que activa diversas líneas de retardo al unísono; o el reverse delay, que invierte las repeticiones sonoras y da como resultado efectos de lo más psicodélicos.
Más información sobre el delay
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