REVIEW: Roland AIRA Compact T-8, J-6 y E-4
El pasado verano, Roland presentó tres pequeñas máquinas AIRA Compact: la T-8, la J-6 y la E-4. ¿Son el setup perfecto para una fiesta techno, o se quedan cortas? Aquí tienes nuestra review.
El concepto AIRA Compact me cogió un poco por sorpresa. Me recordaron inmediatamente a las Korg Volca y a todos esos mini-sintetizadores que Behringer aún tiene en el horno. Diría que Roland está llevando sus clásicos al terreno de los sintes de precio reducido, pero ¿serán herramientas de producción útiles, o sólo un montón de juguetes con los que echar un rato?
Son tres pequeñas máquinas: T-8 Beat Machine, J-6 Chord Synth y E-4 Voice Tweaker. Están disponibles por separado y tienen sus propias historias que contar, pero Roland las comercializa como interconectadas y complementarias. Y con razón, porque estas tres cajitas pueden hacerse cargo de todo tu directo.
Primeras impresiones con AIRA Compact
Son unas cajitas geniales, sorprendentemente pequeñas —un punto menos que las Volcas, con las que resulta inevitable compararlas—. Los fondos de colores brillantes les dan un toque divertido, y cubren tres tamaños: la T-8 es la más pequeña, con esos diminutos botones y dos filas de molestos potenciómetros. La J-6 transmite una sensación más gruesa, con esos botones del teclado más grandes y más espacio libre. Y la E-4 tiene faders casi sobredimensionados, un gran potenciómetro y una entrada extrañamente elevada para el micrófono.
Las tres son condenadamente adorables y quedarán muy bien en tu escritorio. Pero lo mejor es que puedes sacarlas de la caja, encenderlas y funcionan. No hay una fuente de alimentación, ni un complicado compartimento para las pilas, ni es necesario que vayas a la tienda de la esquina a comprar unas doble A. Tienen pilas fijas, internas y recargables que ya están cargadas y listas para funcionar.
La T-8 es una máquina electro que te hará sonreir. Resulta inmediatamente familiar, y te ofrece una experiencia Roland completa con la que tirarte horas. La J-6 suena como si estuvieras preparando los acordes de introducción del temazo que va a salir nada más incorporarla a la mezcla. La E-4, en cambio, se queda sentada y te mira fijamente mientras te preguntas dónde vas a encontrar un cable de micro con conexión TRS.
Lo único que falta son cables de conexión. Las tres tienen entrada/salida de sincronización, entrada/salida MIDI y entrada/salida de mezcla en cables TRS minijack, y están pidiendo a gritos que se las conecte en cadena. ¿Sería mucho pedir que hubiera al menos un cable minijack estéreo en cada caja? De esa forma podrías tener sincronización MIDI instantánea y posibilidad de mezclar la T-8 y la J-6, que es todo lo que necesitas para tu jam perfecta de techno.
Pero bueno, en cuanto a las primeras impresiones, me lo estoy pasando muy bien.
Echemos un vistazo a cada una de las AIRA Compact y veamos qué ofrecen.
T-8 Beat Machine
La T-8 es la perita de esta pequeña gama de máquinas. Combina la energía de las 808 y 303 en una pequeña caja de ritmos contagiosa y divertida. No todo es 808, ya que viene con una mezcla de sonidos de las cajas de ritmos TR-808, 909 y 606. Tiene kits de cada una de ellas y muchas variaciones, pero sólo hay un kit de 6 sonidos con una variación del Tom y Clap repartidos en 4 canales. Es una especie de kit de grandes éxitos hecho a partir de esas cajas de ritmos clásicas, reproducidas con autenticidad por la tecnología de modelado ACB de Roland. No hay muestras ni kits adicionales; es lo que es, y es bueno.
A la derecha hay un pequeño sintetizador de bajos, que es una TB-303 con exactamente los mismos controles que la Bassline original. Es un simple sintetizador de onda de sierra o cuadrada con un filtro que pide a gritos que lo manoseen.
Tienes 32 pasos en cada patrón, y cuatro pistas de percusión. Puedes distribuir los golpes con sus 16 pequeños botones, activándolos o desactivándolos, o tocando el botón del canal. Una pulsación del botón Shift te lleva a los pasos 17-32. Es un sistema muy tradicional y sencillo, al estilo 808. En cuanto al bajo, puedes activar y desactivar las notas y luego mantenerlo pulsado para seleccionar el pitch desde el combo de potenciómetro y pantalla. O puedes cambiar al modo de teclado e intentar tocar algo en directo. Rara vez se graba lo que pretendías tocar, pero siempre acaba saliendo algo con con lo que vale la pena juguetear.
Para el bombo y la caja tienes controles de afinación y decay, aunque no hacen gran cosa. Si presionas el decay en la caja, parece que pierdes agudos, lo que es una pena. En la pista combinada de Clap/Tom sólo tienes afinación, y para los hi-hats, sólo Decay. Puedes cambiar a una Clap diferente y a un Tom alto si indagas en los ajustes. Hay bastantes cosas escondidas en los ajustes que estarían mejor en el panel frontal, pero no hay espacio.
Hay algunos controles de interpretación geniales, como Step Loop, que hace ratcheting con cualquier percusión que se esté disparando en el paso que pulses. También puedes mutear cada canal y rotar los patrones para variar un poco. Puedes introducir fills, aleatorizar la percusión o la línea de bajo, y tienes unos bonitos Delays y Reverbs en el panel frontal. Una de las sorpresas es la compresión sidechaining, que puede dar mucha presencia al bombo.
A medida que te adentras en la T-8, tiendes a encontrarte con limitaciones. Encontrarás muchos detalles adicionales en el menú, como la ganancia, la panorámica y el conmutador de forma de onda, pero su acceso suele ser complicado. Los botones y potenciómetros pueden ser muy difíciles de ver cuando no están iluminados, el modo teclado no es muy bueno, y no puedes escuchar los sonidos de la batería cuando los ajustas. Sin embargo, normalmente te estás divirtiendo demasiado como para darte cuenta. El T-8 es un auténtico placer para hacer ritmos y líneas de bajo.
J-6
La J-6 es una máquina de acordes que extrae sonidos del JUNO-60. Su sonido es totalmente brillante, y confieso que me quedé un poco atónito con los sonidos y las progresiones de acordes que emite esta cosa. Son un placer instantáneo para el público.
Es fácil pensar que la J-6 es más de lo que es. Al principio te pone la piel de gallina, como si fuera un sintetizador real, pero pronto descubres que es otra cosa. Pierdes la sensación de control total de un sinte, pero ganas una mezcla de conjuntos de acordes, ritmos y variaciones que encajan muy bien en todo tipo de música. Mi cerebro se debate entre sentirse defraudado por la falta de sintetizador, y sentirse lleno de energía por lo increíble que es.
¿Qué puedes obtener de esta extraña cajita? Hay 64 presets derivados del JUNO-60 que utilizan el mismo motor ACB que el Boutique JU-06a, y suenan fabulosamente. Hay 100 conjuntos de acordes que se complementan y vibran entre sí. Para los ritmos y arpegios encontrarás 9 estilos diferentes con 12 variaciones. Y luego hay 64 pasos en los que secuenciar tus progresiones. Y es muy fácil de usar.
La idea básica es que encuentres un sonido que te guste, marques un estilo y una variación, y encuentres una selección de acordes que te convenza. Los acordes están repartidos por el miniteclado para que juegues con ellos (no tocas los acordes tú mismo; sólo activas «acordes preset» con un dedo). Luego utilizas el secuenciador de acordes para almacenar los 8 acordes que quieras en tu progresión. Ponlo en marcha, juega con el filtro, la envolvente y los efectos, y tendrás una experiencia celestial.
Si quieres usar tus propios acordes, para eso está el teclado. O puedes conectar un teclado MIDI para aprovechar mejor esas 4 voces. Pero es una caja decente ya sólo por los sonidos que trae.
Por supuesto, no es un verdadero sintetizador ni un secuenciador especialmente inteligente. No hay automatización ni secuenciación de movimientos. Ni siquiera puedes controlar el filtro por MIDI, así que no puedes automatizar los parámetros desde tu DAW (aunque emite MIDI para que puedas enviar los acordes a otros sintes; algo es algo). Nos gustaría poder llamarla «polisintetizador de 4 voces», pero no cuela. Sin embargo, es brillante en lo que hace.
E-4
Esta es la más extraña del grupo, pero sin duda va a interesar a muchos intérpretes vocales. Es esencialmente una versión reducida del Roland VT-4 Voice Transformer y está diseñada para hacer cosas divertidas y útiles con tu voz.
Lo primero que hay que saber es que no tienes por qué tener un micrófono estándar (por así decirlo). Puedes conectarle un combo de micrófono y auriculares de tipo telefónico en la salida Mix, y la señal de micrófono entrará igualmente. Eso está muy bien.
La idea es que puedas cambiar el tono y formantes de tu voz para hacerte sonar raro, convertirte en un robot o, quizá más útil, añadir algo de autotune y armonías a tu canto. Hay un gran fader de reverb y un intrigante potenciómetro Scatter para cortar tu voz en rebanadas. Como digo, es una caja extraña.
Sin embargo, la E-4 funciona brillantemente como forma de añadir efectos y dar cuerpo a una interpretación vocal. El hecho de que se incluya en esta serie demuestra que Roland está pensando en algo más que en hacer sonar pistas techno. La armonía y la afinación son excelentes. Tienes una amplia selección de escalas y acordes para elegir, y suenan muy bien. Tiene una sencilla función Looper para que puedas grabar algo y luego hacer overdub o cantar encima.
La función Scatter se basa en un gran potenciómetro de efectos de stuttering y repetición de beats que se vincula directamente al tempo. Por tanto, si la tienes conectada en sincronía con las otras cajas, las repeticiones siempre irán al ritmo.
Aunque las prestaciones del E-4 son estupendas, creo que Roland podría haber ido un poco más allá. Habría estado bien mezclar la salida de la T-8 y J-6 con el efecto Scatter. Podría haber sido un pequeño mezclador para las otras cajas. ¿Tal vez con unos botones de mute/solo para divertirse un poco? Eso habría sido redondeado realmente esta serie de máquinas.
Usándolas a la vez
Si conectas las tres juntas, tendrás todos los ingredientes de una fantástica fiesta techno. Lo típico será poner la T-8 en la parte superior de la cadena, con la J-6 a continuación y la E-4 al final. Puedes utilizar la función Sync para mantenerlas a todas en tempo. Pero si quieres que la T-8 y J-6 empiecen y se detengan juntas, entonces el MIDI es el camino a seguir. Cada caja tiene una práctica entrada de mezcla para que puedas conectar cada una de ellas en cadena con la siguiente. Todo lo que tienes que hacer es ajustar el nivel de cada caja para equilibrar las cosas.
Dale al play en la T-8, ¡y todo se pone en marcha! Puedes pasar horas de diversión creando ritmos y melodías con la T-8 y J-6. Luego, cuando te sientas lo suficientemente valiente, puedes coger el micro y meter la E-4.
Una pequeña pega es la diferencia entre los rápidos 32 pasos de la T-8 y los larguísimos 64 pasos de la J-6. En realidad, sólo puedes meter una línea de bajo en 32 pasos, y puede durar tanto como un solo acorde en la J-6. Estaría bien que la línea de bajo siguiera los cambios de acorde. Hay una forma de transponer en la T-8, pero está en un potenciómetro, así que tienes que pasar por cada semitono. Sería mucho mejor si pudieras utilizar el modo de teclado para transponer y así poder seguir los cambios de acordes del J-6. Una forma alternativa de hacerlo sería con un encadenamiento de patrones. Entonces podrías encadenar 8 patrones para seguir los acordes, pero desgraciadamente, esa no es una función.
Dejando a un lado las quejas, es muy divertido tocar con ellas juntas.
Conclusiones
Es imposible que la serie AIRA Compact no te guste. Aunque tienen muchas limitaciones, no pretenden ser otra cosa que lo que son. Roland ha conseguido una mezcla muy buena de sonidos, características y musicalidad. Cualquiera, independientemente de su habilidad musical, podría divertirse mucho con ellas. Incluso los profesionales experimentados podrían disfrutar trasteando con la T-8 en sus viajes, y puedes conectarla fácilmente a tu teléfono para hacer más cosas con ella.
La mayor decepción para mí es la falta de control MIDI, automatización y modulación. Todo tiene que ser manual; no puedes modular ni automatizar ningún parámetro. Aunque esto hace que te concentres en la interpretación, no puedo evitar pensar que Roland lo ha hecho aposta para que no sean «demasiado buenas».
Sin embargo, son fabulosas en lo que hacen, y pueden formar un pequeño y fantástico setup de música electrónica.